El futuro de la fabricación exige eficiencia productiva, medioambiental y social

Fecha 03-10-2025 Tekniker

En un escenario cada vez más globalizado, competitivo e incierto, la capacidad de innovación se sitúa como factor clave con el que la industria manufacturera puede recuperar su rol principal en la economía española.

La industria manufacturera es uno de los motores de la economía española desde el siglo pasado. Partiendo de industrias como la siderurgia, naval, automoción o máquina herramienta, la fabricación ha sido un vector clave para el crecimiento del país y ha sabido evolucionar y adaptarse. Prueba de ello es el crecimiento registrado en sectores como el aeroespacial, el químico, el farmacéutico, los bienes de equipo o de energías renovables, entre otros.

Sin embargo, a pesar de que la industria manufacturera muestra una buena resiliencia en épocas de crisis, actualmente aporta alrededor del 12,3% del Valor Añadido Bruto de España, un dato inferior al de muchos países de la Unión Europea.

Entre los factores que influyen en este cambio destacan la globalización y la irrupción de competidores con menores costes, así como la transformación de la demanda hacia productos más personalizados, eficientes y de mayor calidad. A ello se suman las exigentes políticas medioambientales, que impulsan la descarbonización y la reducción de emisiones, imponiendo nuevos retos a los fabricantes.

Todo ello sitúa a la industria en un escenario de gran incertidumbre, con fuerte presión internacional y en plena transición energética. En este contexto, la innovación y la adopción de tecnologías avanzadas se vuelven imprescindibles para recuperar protagonismo y asegurar la competitividad del sector en la economía española.

Tecnologías clave

Las tecnologías relacionadas con conectividad, virtualización y explotación de datos son el primer pilar de la industria avanzada. Gracias al IoT, al uso de inteligencia artificial y a los gemelos digitales, es posible anticipar fallos, optimizar consumos y planificar con mayor precisión, reproduciendo incluso el funcionamiento de plantas o máquinas para prever incidencias.

La automatización y la robótica constituyen otro eje clave, ya que permiten mayor estandarización, productividad y control de calidad, reduciendo el error humano. Los robots colaborativos, en particular, mejoran la seguridad en tareas repetitivas o peligrosas y liberan a los trabajadores para actividades de mayor valor añadido.

Cabe destacar también, el papel de la fabricación aditiva con aplicaciones en sectores como el aeroespacial, sanitario o automotriz. La impresión 3D de piezas finales, incluso con materiales avanzados, aporta beneficios como la reducción de desperdicios y la creación de geometrías complejas.

Finalmente, la sostenibilidad actúa como tecnología transversal que condiciona todas las decisiones industriales. La eficiencia energética, la economía circular y el uso de nuevos vectores como el hidrógeno son ya requisitos ineludibles.

Este abanico de tecnologías resulta clave para responder a los retos que plantea la industria. Pero también cumplen otros factores determinantes: son escalables, pudiendo aplicarse tanto en una empresa pyme como en un gran grupo multinacional; o pueden generar sinergias entre sí, ya que algunos retos se resuelven con la aportación de varias innovaciones.

Sin embargo, la adopción de estas tecnologías también tiene sus obstáculos, como la necesidad de una elevada inversión, la interoperabilidad existente entre diversos equipos y sistemas, o la aparición de riesgos incipientes como los ciberataques en un entorno productivo conectado. Nuevos retos tecnológicos por resolver que evidencian la importancia que cobra en esta nueva era situarse a la vanguardia en capacidad de innovación.

Nuevo paradigma

La industria 4.0 impulsó la digitalización y la conectividad para mejorar la productividad, pero no contemplaba el bienestar y el papel de las personas. Sin embargo, producir más y mejor alcanzando niveles de eficiencia mayores tiene un límite. Con la visión de industria 5.0, la Comisión Europea propone situar a las personas en el centro, reconociendo al talento humano como factor estratégico para una industria competitiva.

Garantizar la sostenibilidad ambiental y social implica retos como solucionar la brecha digital, el déficit de determinados perfiles cualificados, el envejecimiento del núcleo laboral o la desigualdad de género y diversidad, pero también supone la apertura de una serie de vías para reforzar la competitividad con unos trabajadores más capacitados y con mejor calidad de vida.

Entornos de trabajo más seguros, formación continua para adaptarse a las nuevas tecnologías, potenciar la creatividad humana utilizando robots para tareas repetitivas o aumentar la retención del talento son factores que permiten fábricas prósperas y sostenibles en el tiempo.

Contribución de Tekniker

Tekniker ha crecido y evolucionado de la mano del sector manufacturero a lo largo de sus más de 40 años de historia. Por ello, actualmente trabaja en todas las tecnologías citadas anteriormente para la mejora de las plantas productivas en diferentes niveles.

El centro está presente en toda la cadena de valor de la digitalización de procesos industriales. Desde la adquisición del dato hasta su explotación mediante modelos de IA, incluyendo el almacenamiento y el procesamiento de la información, o el desarrollo de infraestructura digital escalable y securitizada.

Otra línea de trabajo esencial son las tecnologías que facilitan la comunicación persona-máquina y que permiten la integración de robots en el entorno productivo. A su vez, las tecnologías de visión se aplican junto con modelos de deep learning para la detección de defectos superficiales y se apuesta por la visión hiperespectral combinada con inteligencia artificial para la caracterización avanzada de materiales.

Respecto a la fabricación aditiva, Tekniker desarrolla una línea tecnológica relacionada al aporte directo de energía mediante tecnología láser, aportando material en forma de polvo e hilo metálico para aplicaciones de refuerzo, reparación y fabricación aditiva de componentes metálicos. La experiencia en el desarrollo y optimización de este y otros procesos como el mecanizado se complementa con la capacidad de diseño de medios productivos, así como en el desarrollo e integración de sistemas de monitorización y control.

En cuanto a sostenibilidad, más allá de optimizar los flujos energéticos en procesos de fabricación, Tekniker apuesta por optimizar los flujos de materiales. Para ello, se han desarrollado tecnologías que facilitan el diseño de productos más sostenibles y agilizan la reparación o el reciclaje de estos.

Eficiencia productiva, social y medioambiental

Ante un contexto de gran incertidumbre e innovación acelerada, explorar algunos de estos caminos será imprescindible para que la industria manufacturera no decaiga y se potencie una industria digital, sostenible y resiliente, que permita hacer frente a los cambios radicales que implica un mundo globalizado.

Este objetivo implica la relocalización de algunos procesos productivos, restando dependencia de algunos mercados, lograr avances que permitan una neutralidad climática para seguir produciendo sin causar males irremediables al medio ambiente o generar empleos de calidad que contribuyan a la capacitación continua de las personas y aumentar su grado de motivación.

En definitiva, la industria avanzada no consiste en sustituir los métodos tradicionales, sino en transformarlos y alcanzar un sector manufacturero más eficiente desde el punto de vista productivo y también social y medioambiental.


David Fernandez, responsable del sector de Fabricación y Máquina Herramienta